Evolución de la Educación Popular Libertaria en Latinoamérica y el Caribe

Este texto es un ejercicio de colocar por escrito una serie de procesos y experiencias a las cuales nos ha costado dar nombre, tanto por la falta de tiempo ya que quienes hacen Educación Popular Libertaria se dedican más al hacer que a ponerle nombre a las cosas como por no valorar o dar el lugar que merecen los esfuerzos que se hacen desde la autogestión y especialmente desde la autogestión educativa. Este texto es también una invitación a que otras experiencias y procesos hagan su propio aporte con sus propias palabras y una invitación a reconocernos en la Educación Popular Libertaria si así nos sentimos.

La Educación Popular Tradicional

La Educación Popular tradicional (EP de aquí en más) se ha convertido en una profesión muy requerida para trabajar en la elaboración y ejecución de proyectos sociales, a la que se accede mediante procesos formativos formales que dan derecho al reconocimiento profesional como tal y es acreditado mediante diplomas y curriculums vitaes. Los cuadros más destacados de la EP ingresan a la academia por vía de las profesiones que le son cercanas y desarrollan en ella cursos, actualizaciones, posgrados, seminarios en los cuales la Educación Popular es puesta en circulación y al día para su reconocimiento y cooptación por los aparatos estatales, la iglesia católica y las ONGS del ámbito educativo. Este proceso forma parte integral de la historia de la EP tradicional ya que, desde Freire, ha estado ligada a la teología de la liberación y ha buscado la cooperación estatal para aumentar su alcance y profundidad territorial y social. Los educadores populares son pedagogos específicos de un tipo de pedagogía que se desplaza cada vez más de la autogestión hacia la gestión estatal, académica y oenegera.

En este sentido, la Educación Popular Libertaria (EPL de aquí en adelante) parte por un lado como una crítica a la EP tradicional en sus contenidos profesionalizantes, autoritarios, cristianos y teologales. Y, por otro lado, la Educación Popular Libertaria es en sí una propuesta y un proceso antiautoritario, autónomo, antiteologal y liberador.

La EP Tradicional en la actualidad, en este proceso permanente de profesionalización de los educadores populares y la academia que los forma, se despliega en al menos tres pilares:

  1. Pilar Autoritario/ Profesionalizador: el educador popular como figura imprescindible y necesaria, con las cualidades empáticas de un sacerdote, una sabiduría “especial” para reconocer los saberes comunes, con formación ad hoc y académica, convalidado, reconocido y fomentado por el Estado y otros organizamos estatales y paraestatales tales como las Universidades, los Ministerios, la Iglesia, las ONG). Los procesos de EP se centran en la figura del Educador Popular y el desarrollo de sus planes y programas formativos de los cuales el grupo es objeto. De hecho, la función del grupo se limita a ser la materia prima de la cual se elegirán los líderes que serán formados como educadores populares.

  1. Pilar Cristiano: la EP tradicional ha sido asumida, cada vez más, como parte del bagaje catequético del catolicismo socialista el cual ha retroalimentado a la EP con sus propios contenidos salvíficos, den los cuales los educadores populares cumplen la función sacerdotal y promocional al mismo tiempo. Hoy, en sus rituales, casi cualquier taller de EP equivale a una misa del estilo carismático. La EP es un campo de refuerzo del cristianismo en los sectores populares urbanos y rurales, del cual se nutre para sostener su labor colonizadora, la cual conocemos como evangelizadora. La EP sirve también al catolicismo militante para tender puentes entre la academia, la iglesia, el Estado y los sectores populares en función de su afán cultural colonizador. Esta función desmiente la descripción de la EP tradicional como autónoma y autogestionada en la mayoría de sus procesos.

  1. Pilar Teologal: al asumir la dialéctica como centro, fondo y destino de las metodologías de EP el teologismo se ha adueñado de la EP casi completamente. Por ejemplo, plantea un análisis de la realidad que opera salvíficamente: bajo una fórmula que va desde la descripción de una realidad de pecado social, cultural, moral, político (tesis) que se transforma redentoramente mediante el “cambio” (antítesis) que es una conversión, salta a una síntesis que sería la salvación de esa realidad. Este análisis es trino no por casualidad, sino por necesidad evangélica: es la forma en la cual la Trinidad Católica es explicada y aplicada políticamente, maquillando con conceptos revolucionarios un asunto metafísico, teológico. Se ejerce también una función alimentadora de sus propios gremios a través de la dialéctica como un método confesional que coloca al educando a merced de las decisiones conversoras del educador popular quien puede señalar quien podrá cumplir la función redentora (reproductiva) al convertirse en un nuevo y flamante educador popular.

La Educación Popular Libertaria

La Educación Popular Libertaria se ha construido a partir de una crítica antiautoritaria, autonomista, antiteologal y liberadora a la EP clásica y tradicional

Antiautoritaria, porque apostamos a una EPL que se libere del rol y personaje del educador popular, en tanto construye metodologías basadas en la autonomía, el autoaprendizaje y autodirección del grupo, con dinámicas flexibles en lo organizacional basadas en la rotación permanente de roles y tareas poniendo atención a las circulaciones de los roles de género, de clase, etarios y racializantes dentro del grupo, así como a la creatividad crítica en la búsqueda de soluciones para el proceso liberador.

Autonomista, porque las opresiones, resistencias y liberaciones ocurren en el presente en forma dinámica que teje inmediatamente el futuro, lo que se proyecta. El grupo comprende, entiende, describe esa realidad y se organiza mediante todas las metodologías analíticas a su alcance, desde las comunicaciones, las artes, hasta las políticas en función de las necesidades grupales en su contexto. El análisis grupal es siempre dialogado, conflictivo y creativo y no se casa con un solo esquema y no necesita un guía pare ello. El grupo guía al grupo.

Antiteologal, porque desecha al educador popular y con él a su función evangelizadora y colonizadora, así como a la herramienta dialéctica que le sostiene tanto metodológicamente como en el rol. La grupalidad adquiere el protagonismo que no necesita ni desarrolla un sacerdote (el educador popular) que señale en que estadio salvífico está y que guíe como llegar a la salvación. Esta construcción de grupalidad autogestora y horizontal no da espacio para la política teologal, evangelizadora ya que cuestiona críticamente y se antepone a toda influencia cultural y todo interés externo colonizador.

Liberadora, porque no solo busca colectivamente la liberación de las dominaciones y violencias que vivimos como parte de la realidad, sino que también busca liberarse de las dominaciones y violencias que surgen como alternativas al sistema y en el proceso de liberación. Busca destacar, potenciar, dar valor a la realidad de resistencia, confrontación y liberación que constituye parte integral de la realidad toda.

Proceso de la EPL

La EPL tiene un recorrido latinoamericano que no ha sido recopilado ni reconocido explícitamente hasta el momento, por su situación de crítica a la crítica y porque las experiencias son resistentes e independientes a los financiamientos estatales y eclesiales (directos e indirectos). Tiene, dentro de lo que conocemos, un desarrollo en los espacios antimilitaristas, escuelas alternativas libertarios (escuelas libres, escuelas populares libertarias), dentro de movimientos desescolarizadores y okupas del cono sur de América del Sur y en la fragilidad temporaria de su desarrollo no ha encontrado el espacio de sistematización o reflexión necesario, tanto así que este texto se escribe usurpando el confinamiento obligatorio que esta Pandemia 2020 obliga.

Algunas experiencias que han hecho a la EPL son los cursos de verano (e invierno) de antimilitarismo y objeción de conciencia del Ni Casco Ni Uniforme en Chile y las escuelas libres surgidas de las revueltas estudiantiles en Chile, la escuela popular de la Federación Libertaria Argentina, los talleres y cursos que Caracolito grupo de afinidad ha hecho en Paraguay, así como talleres y cursitos realizados en el entorno okupa chileno y argentino a partir de mediados de los años ’90 del siglo pasado. Hay otras experiencias, en Brasil y las experiencias antimili en Medellín y resto de Colombia, así como en el resto de Latinoamérica y Caribe de las que nos faltan datos para integrarlas en esta memoria, pero ahí están. Un aporte importante de la EPL fue al desarrollo del Encuentro de la Red Antimilitarista de América Latina y el Caribe en Asunción del Paraguay en noviembre de 2017, aporte integrado en la experiencia por el Grupo de Afinidad Caracolito.

Caracolito grupo de afinidad,

junio cuarenteneado de 2020

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