La violencia del estado contra el pueblo mapuche
La toma de las municipalidades por parte de comunidades mapuche es una acción directa noviolenta porque:
-se hizo sin violencia alguna
-su propósito era conseguir algo que la ley otorga pero el sistema judicial racista chileno niega: que el Machi Celestino (y otrxs PPM) hagan prisión domiciliaria en atención a que es un líder espiritual que cumple funciones hacia la comunidad, un objetivo de derechos humanos.
-el propósito era aumentar la visibiidad de la demanda llevando el conflicto de manera noviolenta a otros ámbitos del Walmapu.
-no sé impidió la salida de ningún funcionario municipal ni se dañó la infraestructura.
-el accionar noviolento queda reafirmado por ser una acción llevada a cabo por familias, con hijos e hijas incluidas.
Como acción noviolenta la respuesta policial debía ser proporcional y fue todo lo contrario: la policía (carabineros) y la fiscalía chilena produjeron y auspiciaron la violencia, impulsada desde el gobierno (ministerio del interior) y justificada por la elite económica (ver declaraciones de Luksic). El siguiente paso en este camino institucional de violencia es asegurar la impunidad para la turba racista que violentó a las personas mapuche y a sus pertenencias (quema de camionetas frente a la muni de Curacautín) y que la prensa siga confundiendo a la gente diciendo que hay violencia “de ambos lados”, en el afán político de polarizar al país, queriendo hacer creer que hay un 50 y 50%. Eso es lo que se construye.
En este caso, claramente, la violencia viene del Estado y sus secuaces contra manifestantes que, independiente de lo que piensen del tema, hacían una acción directa noviolenta. Digo “en este caso” solo por no decir “en todos los casos, siempre”. Violencia física, violencia cultural racista.
Pelao Carvallo
2 agosto 2020