CONTRA UNA PSICOLOGÍA AL SERVICIO DE LA TORTURA, LA GUERRA Y LA DOMINACIÓN

Apuestas Antimilitaristas desde la psicología de la liberación

El texto se compone de una introducción y cuatro capítulos. En la introducción se muestra los niveles exacerbados de violencia estatal que persisten en Colombia hasta la actualidad. Lo anterior debido al tratamiento de guerra contra la protesta social en los últimos años, lo cual invita a reflexionar sobre la necesidad de estudiar las implicaciones psicosociales frente a: la represión estatal, el exterminio social, el genocidio político, las consecuencias del fascismo y la emergencia de una psicología antimilitarista, que desobedezca al silencio de la violencia en Colombia y su relación con la tortura psicológica. Asimismo, se cuestiona el uso instrumental de la psicología para fines militares, en el cual aún se desconoce la participación directa de profesionales de la psicología en la guerra o en la represión estatal; reflexiones que surgen tras lo ocurrido en el paro nacional de 2019 y 2021 y en los diferentes ciclos de protesta de los últimos años. Lo anteriormente expuesto invita a las lectoras y los lectores a comprender un contexto que no dista de las realidades de otros países de América Latina y el Caribe. Contexto que exige pensar e imaginar una psicología antimilitarista y una psicología de la paz. El primer capítulo es un ensayo reflexivo, el cual busca proporcionar diferentes claves conceptuales y genealógicas acerca de la estrecha relación que existe entre la psicología experimental militar norteamericana y el desarrollo de la tortura psicológica. En este capítulo, se expone la tesis de que el uso militar que se la ha dado a la psicología en Norteamérica no responde únicamente a los criterios de una ciencia, sino también a una ideología capaz de legitimar el uso de técnicas de tortura como arma de guerra. Este devenir bélico de la psicología está condicionado por una nueva economía del poder, la “tanto-psicopolítica”, que, en vez de exterminar al enemigo físicamente, busca anular sus defensas psíquicas e invalidar su estado en cuanto sujeto político. Así, como objeto de estudio se considera la historia de los psicólogos colaboradores en el proyecto de la CIA del MKULTRA, quienes posibilitaron la creación del manual de tortura KUBARK, en la segunda mitad del XX. También, se rastrea esta pista genealógica en la coyuntura de la guerra contra el terror promovida por EE. UU, momento en el cual se usaron las “técnicas de interrogación mejoradas” con fines de inteligencia por parte del SERE, en las cárceles de Guantánamo y Abu Graib durante las guerras de Irak y Afganistán. En el segundo capítulo, se intenta rastrear el legado de la tortura psicológica en Colombia a partir del polémico Estatuto de Seguridad de Julio César Turbay Ayala en los años 70. Adicionalmente, se reflexiona alrededor de los procesos de militarismo y de la intromisión de esas lógicas en el tejido social como garantía de control y silenciamiento. Por medio de la explicación de la funcionalidad de estas estrategias es posible empezar a narrar la tortura como herramienta de ruptura, y, en esa medida, esclarecer el debate del rol de la psicología en la aplicación de la tortura y la manera en la que es expuesta en el mundo de las ciencias sociales. El tercer capítulo parte reconociendo la importancia de la obra de Johan Galtung tanto para las ciencias de paz como para la construcción de esta fuera de la academia. Dicha obra es a su vez una fuerte influencia en la psicología de la paz, por lo que se pone en diálogo con algunos planteamientos conceptuales de la psicología de la liberación y de las preguntas teóricas y políticas que nos hemos hecho desde los antimilitarismos. Lo anterior debido a que desde cada lugar de enunciación se generan preguntas y conceptualizaciones que además de considerarse comunes, permiten nutrir y problematizar lo planteado por las otras voces. Este capítulo cierra haciendo referencia a algunas diferencias que tenemos con el autor, así como con un recuento de las luchas y resistencias que ha habido en la psicología frente a las dictaduras y las guerras. Para finalizar, en las conclusiones se condensan los hallazgos más importantes decantados de las reflexiones que proponen los diversos capítulos del libro desde la psicología de la liberación, para repensar las consecuencias del uso continuado de la tortura psicológica en pleno siglo XXI. El libro cierra con el “Manifiesto Psicólogxs Antimilitaristas Contra La Guerra”, con el cual buscamos posicionar nuestra postura política como una forma de denuncia que una a la comunidad de la psicología, para luchar en contra del uso de la tortura psicológica en el sur global.